lunes, 7 de octubre de 2013

I'll take a bruise; I know you're worth it.

Estoy colgando del borde del precipicio que lleva a mi abismo.
Otra vez.

No hay nada y me agarro a lo único que queda: un clavo ardiendo.
El mismo que hincaste en la poca cordura que conservaba.
Y quema, y me voy a caer.

Y entonces qué.

No te atreverás a asomarte y ver los pedazos que queden de mí.
O sí.
No lo sé.

Conozco a tu valentía de oídas.


Y dónde está el frío cuando más lo necesito.
Dónde estoy.

Encuéntrame.

Antes de que me pierda del todo.
Antes de que me encuentre yo.
O no lo hagas.
Tampoco hay nada que merezca la pena aquí.

No sé.

Algún día te susurraré todo lo que me estoy callando.

O no.
Joder.

(Pausa)

La última vez que caí tuve que matar a mi musa.
Pero, amor, tú en mí ya eres inmortal.
No importa si caigo o no.

Y voy a estamparme de lleno en tus dudas.
¿No lo ves?
Y ojalá se rompan y te aclares,
sin romperte.





Mejor olvida todo esto.

Simplemente no te rompas.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Un pedacito de lo que nadie debería saber.

La gente como yo no aspira a tener finales felices.
Normalmente tenemos principios y nos quedamos a medias.

Es algo que no falla, porque siempre fallamos.

Sin tener nada, intentamos darlo todo.
Y sin esperar nada, seguimos teniendo esperanzas.

La gente como yo lo hace lo peor que puede. 
No tenemos remedio.
Aunque ojalá.

Y siempre nos echamos la culpa, por imbéciles o por no saber qué ha ido mal.

Y nunca olvidamos, aunque digamos lo contrario.

Exigimos la verdad por encima de todo, aunque mate.
Aunque al final acabemos mintiéndonos de más.

Somos contradictorios.

A la gente como yo no le gusta enamorarse y no sabe qué responder a un "te quiero".

Estamos jodidos y esperamos que nunca nadie se dé cuenta.

La gente como yo esconde sus sentimientos tan mal que acaba fusilándolos.

"No sé" es nuestra respuesta más común.


No sé.

La gente como yo salta los muros que ha construido a su propio alrededor, solamente para asegurarse de que siguen teniendo puntos débiles, y de que aún no se han entumecido del todo; que siguen siendo humanos.

Y después los construyen más altos.


La gente como yo suele morir en cada intento.
No aprendemos y continuamos suicidándonos, porque ya nos da bastante igual.

A ti, que lees esto, no te recomiendo que cojas cariño a gente como yo.

Les asusta demasiado.

La gente como yo es complicada e inestable, quema hasta su propia hoja de instrucciones sólo por verla arder.
Y nos la suda el guión.
No sé si me explico.

No sé.

La gente como yo no tiene ni idea de lo que hace; improvisa.

Cuando la cagamos, somos capaces de cagarla aún más.

No se nos da bien vivir.
No se nos da bien sentir.
Excepto autodestruirnos.

Eso se nos da de puta madre.

Sólo me queda decir que, ojalá, no te topes con ninguno de nosotros.
Porque acabaremos yéndonos o echándote, sin querer.

Y peor aún: volveremos.

miércoles, 31 de julio de 2013

Vuelvo a acabar.

Dicen de los corazones rotos
que tienen arreglo.
Que es necesaria una rehabilitación que implica tiempo.
Y que,
tal vez,
implique otro corazón,
entero,
para colocar las tiritas en las heridas más difíciles.

Qué sé yo.
Juego a creérmelo, pero.

Dicen que sonreír
mientras te rompen el corazón
es de locos.
Yo te sonreí
y ni te enteraste de los cachitos,
de mi corazón,
de mi coraza,
que quedaban esparcidos por el suelo.

(Pausa)

¿Qué pasa si se rompe un corazón
que ya estaba roto?

Nadie me responderá,
pero,
seguro que se atreven a decir que,
algún día,
el mío se arreglará.
Ilusos.

Verás,
hace mucho
dejé de creer que mi corazón
merecía la pena.
Y, por tanto,
cualquier intento de juntar sus pedazos
resultaría innecesario.


Dicen de los corazones rotos
que tienen arreglo.
Te digo yo que el mío
no sale de esta.

viernes, 12 de julio de 2013

4:17. No lo tengo claro.

No fui tuya.
Ni soy mía.

Fui ese corazón que rompí una vez,
dos veces,
esa batalla perdida que me empeñé en luchar,
para acabar perdiendo, aunque,
cariño,
no mereciste tanto la pena.

Soy el parpadeo de los faros de un coche
antes de estrellarse.
Y soy la colisión de después.

Soy los restos de un verano que se cargó el invierno.
Y se quedó a vivir,
en mí.

Y qué putada, ¿eh?

Porque después me convertí en el tiempo que hay
desde que te tiras del acantilado
hasta que te ahogas en tu propia mierda.
Y también en el tiempo que dejarías que invirtiese
navegando
por tu espalda.

Aunque, todo eso pierde sentido,
porque soy del reloj que no tengo.

(Pausa)

Joder.

Soy el monstruo que dormiría a tu lado,
el que acojonaría al que se esconde
debajo de tu cama.

Soy la poesía que escribo,
pero no soy poesía.

Soy lo que no buscas y aparece de la nada.
Soy la nada que forma parte de un todo.
Un todo que todavía nadie ha sido
capaz
de ver en tus ojos.

jueves, 30 de mayo de 2013

--

A ratos te odio
porque jugaste con este alma rota
a sabiendas de los desastres que estabas desatando.
Inconsciente
me dejaste a mí
y a mis ilusiones.

Te dejaste la puerta abierta
y ahora cualquiera que se atreva a entrar sin pedir permiso,
puede hacerlo.
Bueno,
tampoco cualquiera.
Cualquier imbécil un poco valiente
(y un poco masoquista)

Ojalá no vuelvas a colarte.
Que este caos ya no vive por ti
ni bebe de ti.
Que no existen ni un "tú" ni un "yo"
porque ni siquiera estás.
Porque no te atreves a volver.
Y yo
no voy a pedirte que regreses.


A ratos recuerdo que te quise
que me jodiste
que ya no te quiero.

viernes, 24 de mayo de 2013

O algo así.

"Te observaré
dispuesto a anestesiarte
por dentro.
Donde nadie sabe verte,
donde nadie se ha atrevido a entrar,
donde dicen que hay peligro de derrumbe,
donde a veces siempre duele,
donde cuesta respirar."


Tal vez vaya a buscarte.

martes, 21 de mayo de 2013

-

Martes. Con un "buenos días".
(aunque no hubo un "buenas noches")
Y el sol brillando como siempre.
Quemando como siempre.
Alumbrándoos como siempre.

Será que la mala suerte lleva mi nombre
o viceversa.
Que nada me llena
o todo me vacía.
Será que por poder haber sido, no fue.
O algo así.

No quiero seguir tirando de un pasado
que ha quedado tan cerca.
Porque empieza a molestar este miedo irracional.
Estas ganas de sentir algo,
que no sea la desesperación por llenar
los recovecos de estas ruinas.

Ya no quedan esas ganas que tanto te llenaban.
Y lo siento, supongo.
Pero tampoco te lo creas mucho.

domingo, 5 de mayo de 2013

Sinsentido.

Hace muchas noches que no tengo intención de contarte cómo soy.
Hace muchos días que no sé cómo soy.
Se podría decir que estoy "en construcción".
En destrucción.
¿Que a quién escribo? Bien podría ser a ti.
Aunque esta vez puede que te equivoques.
(Tú también).

Menos mal que no me conoces.
Menos mal que me conozco.
Menos mal que ya me toca huir a mí.

Que dónde está la prisa cuando más la necesitas.
Menos pensar, más actuar.

Ojalá volviesen esos días en los que actuar cruel era por elección y no por inercia.

martes, 23 de abril de 2013

Te, hache, ce.

 "Quiero hablar del frío:
el frío es bueno para tomar café,
para acostarse,
para hacer el amor,
para que nos digan "tienes las manos frías",
para fumar y para no salir del cuarto."

Hazte un peta y cuéntame lo bonita que parecía la vida entre sus caricias. Pregúntame cómo era el sentir, aunque ya lo sepas. Pregúntame.
Y no te vayas hasta obtener respuesta. Incluso a sabiendas de que, tal vez, hoy no voy a responderte.
Búscame.
Cálmame.
Y, hey, comparte las caladas.

[please, don't leave like she did]

Lo último en lo que había estado pensando era en no escribir sobre nadie. Nadie. Y, ya ves, escribo sobre ti. En un trocito de este desastre. Y es que hoy te ha tocado inspirarme.
Seguro que piensas que nunca me has inspirado. Bueno, si te digo que eso es mentira, tal vez yo sea la que esté mintiendo.

Pausa.

Ojalá tus ojos calmándome esta noche. Y la de mañana. Y las de los viernes. Y las de los domingos con espinas.
Y en las de Agosto, sólo drógame.



"Almohadas rotas, sábanas enredadas y nosotras sobre un colchón desgastado."

domingo, 10 de marzo de 2013

No sé.

Apaga la luz.
Y qué podría contarte ahora que tú hayas olvidado.
Tal vez todo. Tal vez no hayas olvidado nada. Tal vez ya ni existo.
Tal vez.
Las pestañas mojadas. El alma rota. Lo de siempre.

Pausa.

Me ahogo en el fondo de cualquier vaso que perdió su contenido.
En las ruinas, ah.

Perdiendo todo y ganando una vida sin anestesia.
Y, al final, de lo único que me doy cuenta es de que te quise a ti y poco más.