que tienen arreglo.
Que es necesaria una rehabilitación que implica tiempo.
Y que,
tal vez,
implique otro corazón,
entero,
para colocar las tiritas en las heridas más difíciles.
Qué sé yo.
Juego a creérmelo, pero.
Dicen que sonreír
mientras te rompen el corazón
es de locos.
Yo te sonreí
y ni te enteraste de los cachitos,
de mi corazón,
de mi coraza,
que quedaban esparcidos por el suelo.
(Pausa)
¿Qué pasa si se rompe un corazón
que ya estaba roto?
Nadie me responderá,
pero,
seguro que se atreven a decir que,
algún día,
el mío se arreglará.
Ilusos.
Verás,
hace mucho
dejé de creer que mi corazón
merecía la pena.
Y, por tanto,
cualquier intento de juntar sus pedazos
resultaría innecesario.
Dicen de los corazones rotos
que tienen arreglo.
Te digo yo que el mío
no sale de esta.