Últimamente la felicidad me dura 4 chupitos de tequila.
Y se me rompe con el cigarro de después de despedazarme el corazón, cuando descubro que la soledad lleva mi rostro y tiene los nudillos igual de destrozados que yo cuando peleo a muerte por un puto minuto de estabilidad.
Últimamente mi mirada ya no dice nada más que "No me queda tabaco". Aunque a ti siempre te diga algo más.
Últimamente todo se convierte en lo último que volveré a saborear.
Lo que intento decir es que abro en canal las palabras y no sé por dónde empezar a sangrar. Lo que intento decir es eso que intento decir desde hace un par de escritos sobre sentimientos resquebrajados.
Lo que intento decir es que no quiero quedarme en el intento.
También me quiero decir que los trenes son mentira. Al final eres tú, contigo mismo, en mitad del mar, nadando a contracorriente para encontrar esa isla que tiene los ojos más bonitos de todo Madrid; que ahogarse por el camino es sólo parte del trayecto.
¿Que no lo entendéis? Yo a sus lágrimas tampoco.
Ya me da igual si me explico o no.
Si esto es brutalidad o tiene alguna pizca de poesía.